Sobre mí
Hola, soy
Julia
Me llamo Julia y soy mexicana. Desde mis 8 años mi madre me envolvió en el arte del tejido, ella tejía en un telar mientras yo la observaba. Conforme fui creciendo ella me enseñó que el tejido es una herramienta poderosa de meditación y un lugar donde podemos conectar con nuestro ser interior. En la universidad, decidí estudiar psicología, pues la felicidad llega a mí cuando escucho y ayudo a los/las demás.
Hoy me encuentro fuera de mi hermoso país, agradeciendo la oportunidad de haber podido vivir durante 4 años en Dublín (Irlanda), 3 años en Madrid y desde mayo de 2021 en València. Qué bonito es conocer diferentes culturas, ¿A que sí?
¿Cuándo empecé a tejer mandalas?
Yo llegué a este mundo mágico de los mandalas por medio de un compañero que estuvo viviendo con la comunidad Wixárika, me acuerdo ver uno de 12 puntas que había tejido él y fue amor a primer vista. Él me compartió el conocimiento que ellos le enseñaron, y es así como entré en el camino y el viaje de este hermoso arte, el cual empezó en 2015.
Recuerdo ese día con mucha felicidad, estábamos en casa de mis padres, rodeados de cantos de pajaritos, árboles y lanas de muchos colores, ahí empezó mi viaje mandálico, un viaje del que nunca salí y en el que cada día me adentro más.
Para mí la creación de cada uno de estas obras es una conexión distinta, un despertar continuo. Todos los días aprendo algo nuevo, me dejo llevar y nacen nuevos patrones. Es un arte que te permite fluir entre los hilos. Cada creación tiene patrones que salen de nuestra alma y podemos llamar a esos patrones como nosotros queramos.
¿Cómo nació Entrelanados?
Antes de embarcarme a tiempo completo a Entrelanados trabajé para varias empresas, las cuales no me terminaban de ofrecerme felicidad pura. Así que quise fusionar las 3 cosas que más amo en la vida: la psicología, la artesanía y enseñar.
Es así como nació el proyecto de Entrelanados, en la búsqueda de ofrecer a las personas un espacio en el cual pudieran expresar sus emociones por medio de los mandalas o Ojos de Dios (“tsikuris”) tejidos, conectando con el momento presente.
He descubierto que los beneficios de hacer esta artesanía textil son muchos: disminuye el estrés, mejora la psicomotricidad, alimenta la creatividad, por citar algunos, y lo más importante, te da muchísima tranquilidad y felicidad alejando pensamientos y emociones que nos distraen de lo que realmente es importante, nosotras.